La lucha por nuestra soberanía e independencia, aunque cada vez más cuesta arriba, se hace cada día desde diferentes escenarios: en la agricultura donde jóvenes intentan rescatar la tierra para asegurarnos de un futuro con soberanía alimentaria; en las comunidades que pelean contra el desplazamiento forzado por grandes intereses millonarios extranjeros que reciben beneficios del gobierno local; en los defensores del medioambiente que luchan sin cesar contra el despojo y destrucción de nuestras costas y reservas naturales; en la lucha contra la privatización que el proceso neoliberal ha intensificado, haciendo de cada servicio público una fuente de ganancias millonarias para compañías mafiosas, mayormente extranjeras que a la vez que se lucran, deterioran los servicios necesarios para la población, servicios como la energía, la salud, la educación, la transportación pública.
Además, están los partidos y organizaciones políticas de izquierda e independentistas que luchan desde sus diversas plataformas ideológicas en contra del coloniaje y el nuevo gobierno impuesto por el Congreso estadounidense, la Junta de Control Fiscal, que vino, con la excusa de “arreglar las finanzas”, y se ha convertido en un verdadero centro que ha propiciado el de lavado de dinero extranjero.
Por otro lado, está la lucha a nivel internacional, donde representantes de nuestras organizaciones elevan la protesta, sobre todo en los organismos de las Naciones Unidas.
Y es en ésta, en su oficina de Ginebra, que esta semana se mostró al mundo la verdadera cara de los Estados Unidos en la ONU.
La Unión de Libertades Civiles Americanas en Puerto Rico y el Instituto Puertorriqueño de Relaciones Internacionales presentaron dos informes detallados sobre la necesidad de descolonización de Puerto Rico y la incompatibilidad del colonialismo con los Derechos Humanos.
El Licenciado Fermín Arraíza, director de la ACLU-PR fue a decir que “Puerto Rico no es simplemente un territorio; es una nación con pleno derecho a la autodeterminación”, y que la ONU tiene la obligación de atenderlo, y “Estados Unidos podría enfrentarse ante la Corte Internacional de Derechos Humanos y la asamblea general de la ONU por malinterpretar el estatus colonial de Puerto Rico”.
Como respuesta, la representante de los EUA, se negó a contestar. Así que ante esa negativa, la delegación boricua y delegaciones de otros países, se pararon en protesta silente y le dieron la espalda en solidaridad con Puerto Rico.
La lucha tendrá que continuar en todos los niveles, y si la ONU y sus tribunales se niegan a considerarla, serán los pueblos unidos quienes logremos al fin la victoria.
Desde Puerto Rico, para Radio Clarín de Colombia, les habló, Berta Joubert-Ceci.
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